27 de abril de 2012

Bestias del Caucaso


Son los últimos kilómetros en tierras Turcas y algo nos depara el destino cuando sufrimos otro pinchazo en la rueda trasera de Marcos, alambres finos como pelos puntiagudos. El tiempo perdido parece cundir al sr. Akira ya que hemos vuelto a encontrarlo por el camino. Un crack este hombre

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Llegando a Dogubeyazit se divisa el monte Ararat, donde supuestamente se posó el arca de Noe tras el diluvio según la historia bíblica.
Cabe antes relatar el capitulo del camino, pues fue resultado de varias contiendas con feroces bestias del Cáucaso. Animales de gran envergadura que custodian el territorio en parcelas y se ven atraídos por el movimiento lento de la avanzadilla.
El primero de ellos escala la carretera sin atender a razones, contemplo sorprendido al animal acercarse…el ladrido no da lugar a tregua, el movimiento es rápido, desenfundo el gas mortífero cual mofeta a lo que el animal queda quieto y desiste. Agitado, pongo pie a tierra y envaino mi defensa, maldigo su existencia.

Momentos de tensión y adrenalina que no demoran en retornar, el Guardián de una apacible aldea percatase a nuestro paso y no contento con ello decide iniciar carrera al encuentro, la voraz dentadura y collar de pinchos denotan nuevamente claras intenciones. La montura se desequilibra quedando a merced del camino, desenfundo y disparo fallidamente, el fuerte olor apacigua el ataque de la fiera.

Dos ataques en tan poco tiempo pone en guardia al destacamento, nuevas estrategias son objeto de estudio. Es de necesidad incrementar la sangre fría para evitar el malgasto de munición ante débiles ataques y adoptar formación de defensa romana, rombo o en este caso V.
Acontece entonces la tercera oleada, esta vez son dos de los grandes y avanzan desde muy lejos con pelo erizado en su lomo y blancos colmillos, jamas vi algo parecido. Desmonto y hago de mi montura mi escudo, las bestias alcanzan la carretera encontrando al pelotón dividido y a Marcos cabalgando hacia delante espada en mano cual Cid campeador, le atacan por ambos costados, el primero recibe de derechas la certera estocada y acto seguido y en el mismo movimiento de brazo Marcos cruza por su espalda un mandoble de spray hacia el segundo. La dureza de este ultimo denota su rango en la manada, pues frunce el morro y muestra los colmillos sin ceder terreno a lo que el primero y mas joven dase por retirado. El gran jefe de colmillos asesinos carga una vez mas, con maestría y paciencia el jinete aguarda hasta el ultimo momento y sentencia con temperamento. El animal nada puede hacer ante tal humillante golpe a su percepción del olfato, degradado marcha en retirada con sus congéneres.
Una vez finalizada la trifurca y comentado las estrategias decidimos poner un nuevo mote al regimiento, Los mofetas. 

5 comentarios:

  1. Enhorabuena! Ya sabeis domesticar bestias, ahora...SACAR VUESTRAS POKEBALLS Y HACEROS CON TODOS!!

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  3. Por cierto, me alegro de saber de vosotros despues de estos dias de ausencia. Veo que os va todo bien jeje o por lo menos bajo control xD
    Un saludo! muchos animos y suerte!!

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  4. Animo, ya habeis cumplido una quinta parte de los klmtrs.

    Que gran azaña la vuestra y la del sr. Akira

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  5. Jjajajaja. Caray, me he acordado de mis interminables partidas jugando al Metro 2033. Pero en esta ocasión no existe el menú con guardar partida/cargar partida eh? Celebro que saliérais victoriosos.

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