12 días Turcos (Part.2)

Amasya nos acogió por una noche entre sus murallas. Nuestro siguiente check point era Niksar a 113 km, el desnivel era suave, la carretera en constantes obras resultaba muy puñetera.


A medio día se divisa una silueta inconfundible de una persona en bicicleta, entablamos conversación durante varios kilómetros con Omar que amablemente nos ofreció comer en su casa situada en Erbaa.

Comimos pan y yogurt casero, sopa especial y un rico arroz con pavo. Fuerzas de sobra para continuar el camino junto con Omar que a sus 60 años nos acompaño durante 20 km de tramos nada fáciles para una bici como la suya. Gracias y hasta siempre Omar. Esto fue 100% hospitalidad y curiosamente no era a los únicos bike travelers que había acogido en su casa, todos ellos encontrados en el mismo camino y pedaleando su misma bici.


Llegué aquel día a Niksar con las pilas cargadas pero la jornada siguiente a Susehri el 18 de Abril, se levanto un viento de cara terrible con rachas imponentes, cumplir 126 km resulto durísimo pues las montañas formaban desfiladero entubando el viento concentrado y para colmo, el amigo rompe piernas dando donde mas duele.

Decidimos tomarlo con filosofía pero a veces ni la filosofía sirve para llegar a tiempo, tras 10 horas pedaleando la mente se apaga, la piernas se mueven por impulsos que dejan de ser controlados por el cerebro, no hay calor en el cuerpo, la comida no se materializa en nuevas fuerzas y Marcos seguía a pie de cañón aun con los fusibles fundidos de tanto cagarse en la madre que los parió...


 



Agridulce, el cuerpo no se recupera y caen 73 km de clima frío al siguiente check point Refahiye, vendrá el verdadero descanso, me digo a mi mismo. Pues toca subir hoy 20 de Abril a 2000 metros en dirección Erzinkan con los plomos fundidos.






Y crece de nuevo la moral a golpe de pedal, en la cima unos camioneros nos invitan a sandia y la bajada del puerto de montaña nos deja nuevos con algo de adrenalina a 70 km/h

El 22 nos plantamos en Erzurum, por fin descanso merecido pero sin bajar la guardia para hacerse con los visados de Irán. La ciudad muy concertada de gente en constante movimiento a 1900m de altitud, montañas nevadas y comercios outdoor para la practica del deporte de la nieve.


En el consulado de Irán charlamos con dos conductores de camion, un Kazaco y otro Turkmeno ambos hablando Ruso con Marcos que obtuvo valiosa información, ni se os ocurra sacar dólares en Irán comentó uno...os los tiran a la cara! Cogimos los visados para Irán y listos para entrar en territorio Comanche!